El Ayuntamiento ha iniciado los trámites para implantar en la práctica totalidad de su trama urbana el límite de velocidad de circulación a 30km/h. La urgente necesidad de incrementar espacios para peatones, ciclistas y VMPs (Vehículos de Movilidad Personal) en general, derivada de la pandemia, “hace que debamos acelerar la toma de decisiones en esta materia” ha señalado el concejal de Servicios Urbanos Ambientales y Calidad Ambiental, Joseba Arregui. El Ayuntamiento considera como un asunto estratégico el cambio en los hábitos de movilidad en nuestro entorno urbano. Por ello, se propone conseguir el máximo acuerdo entre los grupos políticos municipales, algunos de los cuales ya han presentado propuestas en esta materia. Con tal motivo, abrirá una ronda de conversaciones para tratar de alcanzar un acuerdo.

A través de esta medida, -que actualmente ya se encuentra en vigor en algunos tramos de vía de la ciudad-, «se pretende dar un especial impulso a la movilidad ciclista, hacer más seguras las vías ciclables del municipio y aumentar la red de aparcamientos de bicicletas pensando en los destinos finales (playas, equipamientos deportivos, culturales y educativos, edificios de la administración pública, oficinas y zonas comerciales, paradas de metro, etc)». Arregui ha recordado que “se trata de acelerar el cambio de mentalidad olvidando el coche para los trayectos urbanos, especialmente los más cortos”.

Por todo ello, el Ayuntamiento potenciará el sistema de bicicletas públicas, valorando la posibilidad de que todas ellas sean eléctricas; realizará nuevas campañas de educación y sensibilización y adecuará la normativa municipal a la nueva realidad, una vez se dispongan de las nuevas regulaciones en tramitación por parte de otras administraciones competentes. “Siguiendo la estela de las buenas experiencias de otras ciudades, comenzando por Bilbao, nos convertiremos en una de los primeros municipios que aplicará en la práctica de sus calles una medida que acredita haber conseguido calmar y reducir el tráfico, cambiar los hábitos de conducción, mejorar la calidad del aire, reducir la contaminación acústica, facilitar la integración del trafico ciclista en la calzada y, muy importante, aumentar la seguridad peatonal, ciclista y en los VMPs al reducir el número de accidentes”, ha dicho Joseba Arregui.

Menor riesgo de fallecer en un atropello

Según el ayuntamiento, «como recogen los estudios realizados en la materia, el motivo de seguridad para implantar el límite de 30 km/h en las ciudades es que el riesgo de fallecer en un atropello se reduce entre cinco y ocho veces cuando la velocidad de impacto con el peatón pasa de los 50 a los 30 kilómetros por hora. Además, un límite de 30 km/h ayuda a reducir las emisiones de dióxido de carbono y las partículas en suspensión que levantan los vehículos, aumenta el ahorro energético al reducir el consumo de combustible y favorece el cambio de hábitos de conducción».