CARTA AL DIRECTOR

Soy vecina de Getxo y por lo tanto afectada por la instalación de un tanatorio en dicha localidad. Desconozco, ya que no soy versada en leyes administrativas, si dicha concesión se ha producido con todas las garantías legales, aunque carece de transparencia e información, ya que se han realizado todas las obras en periodo de confinamiento, lo que da lugar a una sensación de oscurantismo.

No obstante, donde la Ley no llega debería llegar el sentido común. Se está instalando un tanatorio en un entorno privilegiado del que todos los vecinos de este Ayuntamiento nos mostramos orgullosos: lugar de paseo de los vecinos, y de los visitantes, lugar de recreo de los niños, ya que a menos de 10 metros se encuentra un parque infantil, varias academias, escuela musical etc.. Entorno gravemente deteriorado por la decisión tomada por el Ayuntamiento, quien falta a la verdad o al menos la maquilla, al manifestar el Portavoz del consistorio que ya recibieron quejas para la instalación de un tanatorio en la zona de Aldapas. Tanatorio que se encuentra en un edificio individual, perimetrado y aparcamiento propio. Es como si comparamos en el confinamiento una vivienda de 30 metros con un chalet con jardín y piscina. ¿Se puede comparar?. Yo le diría al Ayuntamiento que no se debe sacar pecho y jadearse de realizar obras en contra de la opinión de los vecinos.

En el caso que nos ocupa, además de deteriorar la zona y la imposibilidad de encontrar aparcamiento -ya que el tanatorio no dispone de aparcamiento-, se produce una inseguridad vial al entrar los vehículos fúnebres el medio de la calle Barria, lugar de paseo de familias con niños pequeños, pudiéndose dañar la sensibilidad de los los menores que juegan en el parte infantil.

Lo califico como corrupción ética del Ayuntamiento ya que es un consistorio recaudatorio donde no se tiene en cuenta la opinión ni el bienestar de los vecinos. A mí, que soy bastante mayor, me recuerda a otras épocas.

Y por último quiero manifestar que la Ley llega donde llega y luego están las costumbres y la casuística. Quizás el Ayuntamiento haya obrado conforme a la legalidad, pero no a la ética ni a la moral, y pongo un ejemplo: Yo dentro de mi domicilio puedo estar como quiera, pero si me paseo desnuda cerca de la ventana, tengo relaciones sexuales que pueden ver los vecinos de las casas colindantes y sus hijos, si bien es cierto no incumplo la legalidad, es una actuación que puede ser al menos escandalosa y que puede herir la sensibilidad de otras personas, y en mi libertad y ética está la consideración a esas personas, apagando la luz y bajando las ventanas.

Y.Z.