El dispositivo de seguridad conjunto entre la Policía local y la Ertzaintza que anunciaron las autoridades para las Paellas de Getxo volvió a incumplirse a pesar de tratarse de uno de los eventos más conflictivos desde el punto de vista de la seguridad. En el interior del recinto festivo faltó presencia policial antes, durante y después de la presunta violación denunciada por una mujer. Un hecho que podría dificultar la investigación de la denuncia.

Según pudo comprobar el Diario digital de Getxo in situ, la Ertzaintza, que tenía asignado el Orden público y la vigilancia del interior de la zona donde se organizó el concurso gastronómico el pasado domingo, 24 de julio, no hizo acto de presencia por el lugar que le correspondía. Por su parte, la policía local se limitó -como establecía el protocolo- a realizar las tareas que le fueron atribuidas, limitadas únicamente al control del tráfico y lo relativo a las Ordenanzas municipales. De este modo, la presencia de los dos cuerpos policiales fue inexistente dentro del espacio festivo.

La policía autonómica tan solo dispuso un único agente de paisano, mientras que la policía local optó por no poner a ninguno ya que su misión en este tipo de eventos se reduce a vigilar el trafico, alcoholemias, venta ambulante y poco más, lo que limita la presencia de la Guardia Urbana a la zona exterior del perímetro festivo y no al interior.

Durante el día la Ertzaintza no tuvo ninguna patrulla destacada en el lugar. Tan solo un coche se pasó por allí, dio un vistazo y no volvió a aparecer. Ya por la noche, y solo de manera ocasional, alguna patrulla del cuerpo de la Policía Autonómica permaneció en el exterior del recinto, durante un cuarto de hora, junto a los vehículos de la policía local. Asimismo, una furgoneta de refuerzo denominada “la brigadilla” estacionó en la puerta principal durante unos 20 minutos -tal y como pudo comprobar este medio- y se marchó dejando el interior de la zona festiva desprotegida. Esa fue toda la presencia de la Ertzaintza en las paellas durante la jornada.

Hubo incendios que se veían desde fuera y nadie entró

El problema es que, sobre el papel, la Ertzaintza se hace cargo de todo, pero luego, en la práctica, no es así tal y como demuestran los hechos. Este medio ya informó de una situación similar en las fiestas de Algorta de 2014.

La escasa presencia de la Policía autonómica en las Paellas se debió, al parecer, a la falta de gente y recursos en el cuerpo uniformado. De hecho, según ha podido conocer el Diario digital de Getxo, la Guardia Urbana del municipio recibió constantemente llamadas de la Ertzaintza para ver si los municipales podían hacerse cargo del interior “porque no tenemos patrullas al coincidir con las fiestas de otros pueblos”.

La realidad es que en las Paellas no hubo vigilancia interior. De hecho, se registraron incendios que se veían desde fuera y nadie entró, tal y como ha explicado a este medio un ciudadano que pasó gran parte del día en La Galea.

Sin datos de la Ertzaintza sobre incidentes

Otro dato que demuestra la no presencia de la Ertzaintza en las Paellas es la inexistencia de incidentes registrados por este cuerpo. Mientras la Policía local ha enviado a este diario local los sucesos que la propia Guardia Urbana registró fruto de sus tareas en el día de paellas, la Policía autonómica no tiene ni un solo incidente anotado -excepto la presunta agresión sexual que fue denunciada en la comisaría por una mujer- a pesar de haber tenido asignada como función principal la vigilancia de todo el meollo festivo. Si no estuvieron en el lugar difícilmente pudieron haber registrado ningún incidente.