El populismo barato de EH Bildu y Podemos vuelve a resurgir ante el derribo de un edificio emblemático de Algorta -que acogía una guardería infantil- que han visto una oportunidad de oro para aprovecharse de la sensibilidad y la nostalgia que provoca este tipo de demoliciones entre la población -por tratarse de un centro educativo por el que pasaron muchas personas del municipio y cuya singularidad es indiscutible- a solo 8 meses de las elecciones municipales.

Se trataba de un edificio de propiedad particular y que contaba con innumerables deficiencias cuya restauración habría supuesto una enorme inversión para los dueños. De este modo, los propietarios han decidido venderlo al estar en su pleno derecho de hacerlo puesto que, como cualquier familia habría hecho, entre las pérdidas que supone mantener un edificio de esas características deteriorado con el paso de los años, y las ganancias obtenidas por la venta del inmueble, han optado por lo segundo: obtener ganancias. Algo que habría hecho hasta el más Podemita y el más bildutarra (aunque jamás lo reconozcan).

La realidad es que en Getxo existen más de 350 inmuebles que ya están protegidos y es evidente que no se pueden proteger todas y cada unas de las casas. De hecho, si bien en algunos casos los inmuebles han sido rehabilitados y reformados conservando la estructura y fachada -como fue el caso de Casa Tangora-, esta opción no siempre es viable. Así pues, la demolición hay que asumirla porque muchas veces es la única alternativa.

Sin embargo, cada vez es más frecuente que formaciones como EH Bildu y Podemos utilicen este asunto del derribo de inmuebles singulares como arma política, porque los populistas saben que es un tema que toca la sensibilidad de las personas y por tanto la mejor manera de obtener el voto fácil. Lo que no cabe duda es que si el inmueble fuese de la propiedad de alguno de esos populistas y le impusieran un régimen de protección cultural para evitar su demolición con las duras y exigentes condiciones y requisitos que ello conlleva seguro que no les haría ninguna gracia.

El análisis parcial y superficial que estas formaciones de Getxo hacen de esta cuestión tan compleja con el único objetivo de arremeter contra los propietarios y la construcción de viviendas libres para contentar a sus votantes provoca nauseas. Pero la realidad es que muchos de esos jóvenes que dicen ser de izquierdas, nacidos y criados en Getxo, han vivido toda la vida en buenas zonas y lujosas casas del municipio. De hecho, cualquier simpatizante de Eh Bildu de Mondragón se burlaría de la tontería de algunos de esos «niños bien» que se disfrazan de antisistemas y anticapitalistas porque está de moda.

Afortunadamente hay quien no se deja llevar por esa critica facilona y reprocha a Podemos que no haya presentado una alternativa razonable y asumible, lo que convierte su discurso en un mero «gesto político para quedar bien».