Cuatro varones de entre 18 y 29 años, todos ellos con amplios historiales delictivos, han sido detenidos acusados de robar teléfonos móviles a los participantes de estas fiestas.

Los dos primeros arrestos se han producido en torno a las cuatro de la mañana. Una joven que había sido víctima del robo al descuido de su teléfono cuando se encontraba con unos amigos celebrando la fiesta de los carnavales de Algorta. La víctima ha seguido al ladrón perdiéndole de vista poco después. Una hora más tarde ha vuelto a verle y junto a un amigo se han acercado a él para pedirle el móvil. Tanto el ladrón como otro joven que le acompañaba han propinado una paliza al amigo de la víctima y además le han sustraído también su teléfono, tras lo cual han abandonado el lugar.  Sobre las cuatro de la mañana los dos agresores han sido arrestados por la patrulla de la Ertzaintza que les estaba buscando, cuando se encontraban en la estación de metro.  Los detenidos, dos varones de 18 años de edad y con numerosos antecedentes policiales por hechos similares, están acusados de robo con fuerza, aunque en el momento del arresto ya no portaban los teléfonos sustraídos.

Pasadas las cinco de la mañana se han registrado dos nuevos arrestos, en este caso una llamada de un particular al 112 SOS DEIAK informaba que estaban siguiendo a dos varones que le habían sustraído el teléfono móvil. Varias patrullas ya desplegadas en la zona con motivo del dispositivo especial, se han acercado al lugar indicado y han contactado tanto con la víctima como con los supuestos ladrones que en todo momento se han negado a identificarse. Durante el registro corporal a los sospechosos, los agentes les han retirado un total de once teléfonos móviles además de algunas tarjetas de crédito y tarjetas de transporte, por lo que han procedido a su detención.

Ya en dependencias policiales han sido identificados, se trata de dos varones de 20 y 29 años de edad y con amplio historial delictivo por hechos similares.

Los cuatro arrestados están a la espera de ser puestos a disposición judicial.

Ahora se trata de obtener la titularidad de los teléfonos incautados para localizar a los propietarios que deberán formular la correspondiente denuncia policial a la que deben adjuntar todos los datos del dispositivo.