José Ramón Souto era sargento de la Policía local de Getxo cuando ayudó a escapar a un agente condenado por receptación de joyas y protegió a otro condenado por torturas y detención ilegal.

 

GetxoUdala

Jose Ramón Souto Cardeiro es el actual Jefe de la Policía Local de Getxo. Según informó hace unos años un medio de comunicación escrito, cuando era sargento del cuerpo, mantuvo un estrecho vínculo con Pedro Franco, un vendedor de coches de dudosa reputación, que desde su local de la calle Sarrikobaso de Algorta, vendía automóviles de importación. Aunque por aquel entonces no existían problema de incompatibilidades, Souto pasaba muchas de sus horas de trabajo en aquel local vendiendo coches. Incluso había días que lo hacía de mañana y tarde.

Junto a Pedro Franco y Souto, también estaba Jose Montaña Raposo, amigo íntimo del último. Este policía local de Getxo que se encontraba entonces en excedencia, fue detenido más tarde, y juzgado y condenado por receptación de joyas.

«El niño», como  era conocido Raposo por los peristas, estuvo en búsqueda y captura durante varios meses. Un día de elecciones, Souto contó a sus compañeros que fue él quien sacó a Raposo en el capó de su propio coche de una buhardilla de Romo, para que no fuera interceptado por la Policía Nacional. Más tarde Raposo volvió a ingresar en el cuerpo.

De padres gallegos, el actual jefe de la policía local de Getxo, ha redidido la mayor parte de su vida en Astrabudua. A este afiliado del Batzoki de Sondika sus antiguos compañeros lo recuerda como el «chispas»  y como visitante asiduo del barrio San Francisco de Bilbao, según informaciones publicadas en otro medio.

En octubre de 1979 aterrizó en Getxo con plaza propia y fue subiendo escalones hasta llegar al puesto que ocupa ahora.

Souto tapó y protegió a un agente condenado por torturas y detención ilegal

Por otro lado, y según las informaciones que ya publicó en su día un medio de comunicación, Souto tapó durante años -cuando era suboficial- todos los expedientes y altercados que el agente José Iñaki Larrauri Martínez tuvo desde que accedió al cuerpo en 1986. Ninguna de las denuncias penales que sufrió Larrauri fueron trasladadas a nivel administrativo. Entre otras cosas, Larrauri fue condenado por detención ilegal y torturas en 1994 por la Audiencia Provincial de Vizcaya pero a pesar de ello los responsables municipales no le abrieron ningún expediente administrativo. De esta forma, y gracias a Souto, Larrauri siguió ejerciendo en Getxo sin problema alguno.

La vida profesional del policía de Getxo José Iñaki Larrauri, está continuamente salpicada por incidentes que fueron tapados por el actual Jefe de la policía local Jose Ramón Souto. En una sentencia dictada el 10 de mayo de 1994, se recoge que «a última hora de la tarde del 14 de diciembre de 1989, en su calidad de agentes de la policía -actuando como secretas- abordaron a J.U.F. en la calle Alango de Algorta. Ambos procedieron a trasladarles sin explicarle los motivos de su detención ni lectura de derechos, en la furgoneta particular del primero de los acusados – Larrauri Martínez-, haciéndolo con la cabeza cubierta por una bolsa de plástico y con las manos esposadas, llevándole a unos locales propiedad de Larrauri Martínez en la calle Campo Volnatín de Bilbao» – locales que emplearía más tarde para la reación del Insitituto vasco de Armamento-.

Según la sentencia, allí lo mantuvieron con los ojos vendados y las manos atadas, mientras era interrogado reiteradamente sobre su relación con el tráfico de drogas de Algorta, «prolongándose dicha situación cerca de tres horas, en el curso de las cuales fue golpeado en las piernas, rodillas y codos, causándole edemas e inflamaciones parciales, dejándole en libertad sobre las dos de la madrugada».

Tras los incidentes, el agredido denunció los hechos y acusó a Larrauri, a quien reconoció como policía municipal de Getxo por ciertos detalles que pudo observar mientras duró su retención en el local propiedad del policía. Ambos agentes fueron detenidos por la Ertzaintza en sus respectivas casas y permanecieron detenidos en las dependencias que este cuerpo tiene en Getxo, pero fueron puestos en libertad a la espera de que se realizará el juicio.

Sin embargo, la sentencia condenatoria no tuvo repercusión alguna en su puesto funcionarial y desde el Ayuntamiento no se adoptó ninguna medida al respecto.

Otros actos delictivos de Larrauri que ocultó Souto

Hace varios años, Larrauri habría protagonizado otro lamentable en el bar Salem de Algorta , situado en la calle Basagoiti, en plenas fiestas del barrio. Según se informó en su día, el agente entró al local vestido con su uniforme reglamentario y comenzó a increpar a una cuadrilla de jóvenes que se encontraban en el fondo de la barra. Alguno respondió verbalmente a la provocación del agente y éste, ni corto ni perezoso, desenfundó su arma y adoptó una pose de vaquero western, imagen que recogió una revista municipal. El hecho tampoco supuso expediente alguno para Larrauri.

En otra ocasión,  patrullando una noche por las calles de Getxo, Larrauri se encontraba parado con su coche patrulla en un semáfoto cuando se acercó un joven y pasó a su lado sin pararse. Larrauri arrancó y lanzó de un empujón al muchacho al suelo. No se tomaron medidas contra el agente.

Además, a Larrauri se le abrió un expediente disciplinario a raíz de una carta que escribió refiriéndose a su Jefa de Personal por aquel entonces como la «Mónica Lewinsky del Ayuntamiento». Le fue impuesta una sanción de cinco días por injurias y desconsideración hacia su superior.