A finales de 1998 se acometió en la playa de Arrigúnaga un gran proyecto de regerenación que incluía la reposición de 212.000 metros cúbicos de arena extraída del fondo del litoral situado frente a la localidad de Bakio.

Hoy, casi 20 años después, es notorio que las mareas van arrastrando la arena y sacando a la superficie arrecifes y singueras que dificultan o imposibilitan el baño y que fueron sepultadas hace dos décadas.

Este hecho no pasa desapercibido ante los ojos de los ciudadanos.