Espero que los bomberos le pasen la factura de su intervención -que duró más de dos horas- al hombre que obstaculizó ayer el tráfico en el centro de Algorta al decidir encadenarse a un bidón de cemento para protestar contra la construcción de un aparcamiento en Andra Mari.

Si no se lo pasan a él espero que, al menos, se lo pasen a la plataforma que apoyó esa acción y a todos los que le rodearon para apoyarle. No puede salir gratis bloquear el tráfico en la principal arteria de Algorta para protestar.

Mi queja no es solo por el trastorno que ocasionó a los conductores que en ese momento pasaban por el lugar. Hay un argumento con mucho más peso que justifica mi indignación. Y es que esta plataforma, denominada «Tosu Betirako», optó por una acción que supuso la utilización premeditada de unos recursos -el cuerpo de bomberos- que los mantuvo ocupados -durante más de dos horas- para liberar a una persona que voluntariamente decidió engancharse a un bloque de hormigón. La utilización de estos recursos fundamentales para las reivindicaciones de un grupo de personas no pueden, insisto, salir gratis.

¿Qué habría pasado si en ese mismo momento hubiese tenido lugar algún incendio o cualquier accidente grave que hubiese requerido la presencia de los bomberos? Según veo en las imágenes publicadas, al menos tres bomberos intervinieron para liberar a un solo hombre encadenado al bloque de hormigón. Por no hablar del despliegue de Ertzaintza y Policías locales que hubo.

Esta acción debería de salirles caro. Y un consejo para esa plataforma: El apoyo del pueblo a ciertas causas -perfectamente legítimas- no se consigue cargando y haciendo protestas que alteran y trastocan la vida cotidiana de las personas.

M.A.