Soy una ciudadana ejemplar: pago mis impuestos con puntualidad, soy cívica y respetuosa con las instalaciones del municipio y con sus normas.

Tengo perro, procuro que haga sus necesidades en zonas verdes, siempre recojo sus desechos, y muchas veces he aprovechado la agachadita para recoger en el mismo viaje lo que otros dejan.

En invierno, soy usuaria de la playa de Las Arenas, donde mientras paseo a mi perra recojo muchas veces cristales y otras porquerías. Soy una joya.

Como el Ayuntamiento de Getxo considera que a partir del 1 de mayo no es conveniente que los perros bajen a la playa por razones de higiene, obediente que es una, dejo de bajar y paseo a la perra por Churruca, único lugar estipulado por el Ayuntamiento para llevar perros sueltos.

Dos veces en el último año he enviado quejas al ayuntamiento, contando el lamentable estado de Churruca, lleno de anzuelos, cacas humanas, restos de comidas de quienes tienen el espigón como restaurante, y ratas sobrealimentadas de todo lo anterior. Hoy a las ocho y media de la mañana, he vuelto a casa una vez más con la perra envuelta en caca humana.

Es curioso que el Ayuntamiento se preocupe por la higiene de la playa y que haga oídos sordos al pésimo estado de salubridad de un paseo situado a escasos metros, y en el cual se encuentra uno de los monumentos más conocidos de Getxo, y que últimamente recibe visitas del turismo que viene a conocer Getxo (acabaremos siendo conocidos por los caganers vascos que parece tenemos en el pueblo)

Lo que realmente me molesta es que lo único que he conseguido hasta ahora cuando me he quejado al Ayuntamiento de Getxo, ha sido una respuesta tipo tres meses después. Parece ser que no le interesa la opinión y el contento de los ciudadanos joya como yo (desgraciadamente, ya lo tenía claro tras la polémica de los contenedores, o del nuevo «Humedal de Zugazarte» que nos han organizado en el paseo tras las últimas obras)

Señores del Ayuntamiento, si realmente tienen interés en el estado del municipio, den un paseo por Churruca, comprueben que lo que digo es verdad y pongan manos a la obra. O eso, o perderán una ciudadana cívica, obediente y comprometida con el entorno.

I.G.