El pasado lunes una mujer de 65 años sufrió la picadura de una víbora en las campas de Azkorri, motivo por el que tuvo que ser ingresada en el hospital de Cruces.

El lugar donde tuvo lugar el suceso -zona de las barbacoas- suele ser un punto muy frecuentado los días de buen tiempo.

El área de medio Ambiente del Ayuntamiento ha confirmado que recibió una llamada informando del incidente y reconoce que aunque se trata de una especie no abundante, sí es frecuente en nuestra zona costera.

La víbora seoane es un endemismo cantábrico. Se trata de la única bípeda que vive en la franja costera y por lo tanto en Getxo.

Se distribuye por todo el municipio y es lógico observarla o encontrarnos con ella si la buscamos, ya que muchas veces toma el sol subida en los brezales y los argomales.

A pesar de que el Ayuntamiento ha informado que “no se ha apreciado ningún incremento poblacional en los últimos tiempo y, mucho menos aún, con carácter puntual en la campas de Azkorri”, el sobrino de la mujer afectada regresó el pasado pasado miércoles, día 26 de abril, a la zona de Azkorri y consiguió sacar varias fotos de la presencia de esta especie en la zona.

Para tranquilizar a la población el Ayuntamiento ha difundido una nota donde informa que “se trata de una especie huidiza, que en ningún caso atacaría por sí misma a un ser humano, a no ser que la pisemos, nos sentemos encima o la intentásemos capturar”.

“El veneno de esta víbora costera, además, es bastante menos tóxico que el de otras víboras de carácter más mediterráneo” ha añadido el consistorio.

Se trata de una especie protegida, incluida en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas, bajo la categoría de No Amenazada. Está terminantemente prohibida su captura, persecución o darles muerte, si no es con fines estrictamente científicos.